La vida color naranja

Partido a mil en el Sur. Primero, le anularon un gol por un offside inexistente de Ramírez. Luego, James puso el 1-0, Kleber empató con un golazo y al toque fue mal expulsado. De ese tiro libre llegó el 2-1 de Battión, quien estaba en posición ilícita. Y Sebastián Fernández metió el 3-1, una linda diferencia para la revancha.


El festejo de Fernandez, fue el 3 a 1 definitivo

Otro Inter que resultó perjudicado. Aunque a diferencia de su homónimo italiano, el equipo brasileño no consiguió un buen resultado. Banfield, este Banfield corajudo, lo derrotó por 3-1 y se llevó una buena diferencia de cara a la revancha en Porto Alegre. Banfield, este Banfield que sabe lo que quiere, estuvo un par de pasos adelantado. En varios sentidos, por cierto. Y Banfield, este Banfield que no necesita de errores arbitrales para imponerse, terminó agradeciendo los fallos del uruguayo Jorge Larrionda (que, entre paréntesis, irá al Mundial: ¡ay!).


De movida, Banfield tenía una buena razón para protestar. Abbondanzieri quiso salir jugando y gambeteó a Ramírez, pero la pelota se le fue larga y Sebastián Fernández se la pellizcó. El uruguayo tocó al medio para Tito, que tocó al gol... Pero al Pato lo salvó el asistente, que marcó un offside inexistente. Fino, pero inexistente. Era un primer tiempo interesante, con D'Alessandro y Guiñazú activos en el visitante, con Erviti y James Rodríguez inquietantes. Un póker bien argentino de zurdos que le daban acción a este choque de ida por los octavos de final de la Copa Libertadores.


En el arranque del segundo tiempo, un remate seco del colombiano se transformó en el 1-0. Pero no hubo mucho tiempo para festejar: al toque, Kleber empalmó un zurdazo divino, que se incrustó en el ángulo de Lucchetti. Hubo poderío manifiesto de uno y otro equipo. Abbondanzieri comenzó a erigirse como una columna importante. Hasta que todo se desmoronó: Kleber saltó y, al caer, le pegó de manera involuntaria a Erviti. Larrionda lo expulsó. Gran error: no había manera de que el brasileño no pisara al argentino, incluso dejó la pierna flexionada para minimizar el contacto... De ese tiro libre llegó el 2-1: Ramírez remaró al arco, el Pato tapó y la pelota le quedó a Battión, quien estaba en una posición ilícita. Era el 2-1. Con ventaja numérica y en el resultado, el equipo de Falcioni buscó un botín mayor. Y lo encontró cuando el rubio remató y el uruguayo Sebastián Fernández desvió la pelota en el área chica.


Así, Banfield logró una linda diferencia ante uno (perdón: otro) de los candidatos. Ahora, deberá mostrar oficio en la revancha. Lo tiene, lo cual debería ser un síntoma para envalentonarse. Incluso una derrota por 1-0 lo clasificará a los cuartos de final. Pero atención: un 0-2 lo dejará afuera.

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